DIOS TE HA PREPARADO UN LUGAR SIN DOLOR

Hace dos días estuve en el velorio de un hermano en la fe, Ernesto. Al escuchar a su esposa y a su hija hablar con esperanza sobre su muerte y cómo él las exhortó a seguir fieles a Dios confiando en que sus planes son perfectos y que un día podrán volver a verse en el cielo; me conmovió mucho y me hizo pensar en la gran diferencia que hay cuando morimos creyendo en Cristo. Ernesto siendo un hombre joven se enteró que padecía una enfermedad terminal y en pocos meses la vida le cambió para siempre, sin
embargo, algo que no fue sorpresivo, fue su fe en Dios. Quiero honrar la memoria de Ernesto y celebrar su valentía, su fe y amor a Dios, compartiendo las siguientes escrituras que reflejan la profunda convicción de un cristiano, sobre una vida de fe y la esperanza en la vida eterna.

Gálatas 2:19-21 

19 Porque por medio de la ley yo he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo he sido crucificado, 20 y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí. Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí. 21 No quiero rechazar la bondad de Dios; pues si se obtuviera la justicia por medio de la ley, Cristo habría muerto inútilmente.

Cuando nos convertimos a Dios, nos bautizamos creyendo que así como Cristo fue crucificado a causa del pecado y cargó con mis pecados, así, al unirme a Cristo en el bautismo, crucifico quien soy, mis criterios, mis pecados, para vivir una vida diferente, una vida por fe. Mi forma de pensar y ver la vida no puede ser igual, porque ahora sé y entiendo el amor de Dios por mí y eso me mueve, su bondad debe inspirarnos a querer vivir una vida de fe y esto significa vivir confiando en Dios en cualquier circunstancia, significa despojarme de mi antigua forma de pensar y ahora pensar con la mente de Cristo y lo podemos hacer cuando leemos la Biblia y conocemos cada día más a Dios, porque escuchamos su voz a través de ella y nos dejamos transformar con el poder de su Espíritu Santo, que nos ha dado. No podemos vivir una vida de fe si todo gira alrededor de nuestra existencia física y de lo terrenal, de todo lo que podemos ver y tocar, si todo lo analizamos a través de la lógica y solo buscamos satisfacer nuestros deseos egoístas.

Si pudiéramos ser justos y buenos por nuestro propio esfuerzo, Dios no hubiera enviado a Cristo a morir. Todo ser humano sin excepción necesita un Salvador y ese es Cristo Jesús. Que la muerte de Jesús en la cruz por ti y por mí no sea inútil.

Colosenses 1:22
pero ahora Cristo los ha reconciliado mediante la muerte que sufrió en su existencia terrena. Y lo hizo para tenerlos a ustedes en su presencia, santos, sin mancha y sin culpa.

El que Jesús siendo Dios, viniera a la tierra y tuviera una existencia terrenal tenía un propósito y es el de enseñarnos que hay algo más allá que la vida en la tierra, que hay una vida espiritual que quiere que tengamos, porque Él es espíritu y cuando creemos en la muerte de Cristo Jesús nos reconciliamos con Dios, ya no hay separación, ya no hay lejanía. Su propósito es que seamos santificadas, rectas, sin culpa por el pecado, sin condenación, libres para amar a Dios y servirle. Su propósito es tenernos en su presencia por siempre, eternamente. ¡Qué amor tan grande el que tiene Dios por nosotras! ¿no crees?angelito-1

1 Corintios 15:12-19                                                                                             12 Pero si nuestro mensaje es que Cristo resucitó, ¿por qué dicen algunos de ustedes que los muertos no resucitan? 13 Porque si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó; 14 y si Cristo no resucitó, el mensaje que predicamos no vale para nada, ni tampoco vale para nada la fe que ustedes tienen. 15 Si esto fuera así, nosotros resultaríamos ser testigos falsos de Dios, puesto que estaríamos afirmando en contra de Dios que él resucitó a Cristo, cuando en realidad no lo habría resucitado si fuera verdad que los muertos no resucitan. 16 Porque si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó; 17 y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes no vale para nada: todavía siguen en sus pecados. 18 En este caso, también están perdidos los que murieron creyendo en Cristo.19 Si nuestra esperanza en Cristo solamente vale para esta vida, somos los más desdichados de todos.

El mensaje de cristiano se basa en la resurrección de Cristo, y su propósito al resucitar fue vencer la muerte y ser el primero de muchos que resucitarán para estar con Dios eternamente. Estamos tan ocupadas en nuestro día a día, en nuestra prisa, en nuestros problemas y temores que nuestra fe se enfoca muchas veces en todo lo que gira alrededor de nuestra vida terrenal. Oramos por no enfermarnos, nos aterroriza la idea de morir o de que nuestros seres queridos mueran, vivimos afligidas si no tenemos dinero suficiente, nos preocupa mucho nuestra apariencia e invertimos tiempo y dinero en ella, nos angustia el futuro de nuestros hijos y de nosotras mismas, de nuestros matrimonios, de nuestras
carreras profesionales y tal vez sin darnos cuenta, podemos estar teniendo una fe para obtener los beneficios que Dios puede darnos en esta vida, por sentirnos protegidas de los peligros, por tener la seguridad que Dios nos proveerá, entre otras cosas.  La escritura nos enseña que, si nuestra fe solo vale para esta vida, somos las más desdichadas de todas,decepcionado esta parte de la escritura me hizo reflexionar mucho y me confronta profundamente el corazón porque me enseña que debo pensar más en lo eterno, en la vida después de la muerte que gracias a Jesús tenemos. En lo personal esta escritura me desafía muchísimo que, en lugar de tener miedo a morir, que es algo inevitable que todos moriremos tarde o temprano, debo sentirme dichosa que gracias a la bondad de Dios puede tener fe y esperanza en que un día resucitaré y estaré con Dios eternamente y con todos los que murieron creyendo en Cristo. Por lo que tengo una gran labor por delante de inspirar y llamar a mis seres queridos y a toda persona que conozca, a reconciliarse con Dios para que también puedan morir creyendo en Cristo. Mi fe vale solo si creo que Dios puede darme vida después de la muerte. El enfoque de Dios no es nuestra vida terrenal, claro está que nos ayuda, nos provee, nos salva de muchos peligros, nos sana de enfermedades y no está mal que oremos por todo eso, pero el enfoque de Dios al reconciliarnos con Él es el de resucitarnos en una vida espiritual que no se terminará, su propósito es darnos vida eterna.  Dios ve nuestra vida terrenal, como una transición y de preparación para lo importante y sin duda, así debemos ver nuestra vida también.

2 Corintios 4:17-18                                                                                                17 Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. 18 Así que no nos fijamos en lo visible, sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.

Cuando nos enfocamos más en lo eterno, en lo espiritual, en lo que no se ve, nuestra perspectiva de la vida y lo importante cambian radicalmente, aún nuestros sufrimientos parecen ligeros si los comparamos con la gloria eterna.  Enfocadas y con nuestra fe totalmente puesta en Dios, podremos sobrellevar cualquier situación y al fijarnos en lo espiritual podremos perseverar en la fe y sentir el consuelo y la fortaleza que Dios puede y quiere darnos en medios de los sufrimientos.

Apocalipsis 21:3-5                                                                                                      Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir». El que estaba sentado en el trono dijo: «¡Yo hago nuevas todas las cosas!» Y añadió: «Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza»

Es muy inspirador la promesa de estar con Dios eternamente en un lugar donde no habrá sufrimientos, todo lo que en esta tierra nos ocasiona dolor, temor y aflicción desaparecerá, y tendremos una vida de gozo junto a Dios, nuestro padre. Esta escritura me llena de alegría y de convicción que vale la pena perseverar en la fe sin importar los obstáculos en el camino y también consuela mi corazón al pensar en volver a ver aquellos familiares y hermanos en la fe que murieron creyendo en Cristo.

¡No hay mejor motivación que nos pueda impulsar a permanecer fieles, que un amor profundo y sincero por Dios!

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