
Tener conciencia es tener un conocimiento responsable y personal de algo. Lamentablemente, vivimos en un mundo con tanta «bulla» a nuestro alrededor, tantas prisas y distractores, que no tenemos tiempo para tener conciencia y mucho menos conciencia espiritual. Podemos estar viviendo como robots, en automático o como una hoja que es llevada por el viento sin oponer ninguna resistencia. ¿te has sentido así a veces?
En el devocional pasado hablamos de conocer a Dios y acercarnos a Él, para poder creer y tener una vida espiritual. Parte de este proceso de volvernos a Dios, es despertar mi conciencia en cuánto al bien y el mal, para poder reconocer en qué estoy fallando. Tiene que haber un punto de partida para volvernos a Dios. Primero: creer que existe, Segundo: reconocer mi necesidad de Dios, ¿por qué debo volverme a Él?
Considero que una de las cosas que no nos permiten volvernos a Dios de todo corazón, es creer que no necesitamos de Él, que todo está bien, que lo que no está bien, no tiene que ver con Dios. Lo cierto es que todo tiene que ver con Dios, lo que hacemos, pensamos y vivimos.
Romanos 3:23 todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios
Las escrituras nos enseñan que todos, absolutamente todos hemos pecado, mientras vivamos en este mundo estamos expuestos a pecar por la misma naturaleza humana. ¿Y qué es pecar, a qué se le llama pecado? Pecar es la acción o pensamiento de algo que va contra la voluntad de Dios. Por eso el pecado nos aleja de Dios y por esa razón, necesitamos reconciliarnos con Él, porque el pecado nos ha alejado y no estamos consientes de esa realidad espiritual.
Efesios 5:13-17 pero cuando todas las cosas son puestas al descubierto por la luz, quedan en claro, 14 porque todo lo que se deja poner en claro, participa de la luz. Por eso se dice: «Despierta, tú que duermes; levántate de entre los muertos, y Cristo te alumbrará.»15 Por lo tanto, cuiden mucho su comportamiento. No vivan neciamente, sino con sabiduría. Aprovechen bien este momento decisivo, porque los días son malos. No actúen tontamente; procuren entender cuál es la voluntad del Señor.
La única manera de despertar nuestra conciencia espiritual, es acercarnos a Dios, ya que su luz nos ilumina y nos alumbra. Es impresionante, cómo Dios puede ir cambiando nuestra forma de pensar y ver las cosas. Empezamos a entender cosas que antes no entendíamos. Una vida espiritual, no viene del esfuerzo humano, es algo que solo Dios puede darnos y todos podemos tenerla, porque fuimos creados para eso.
Si pecar es hacer algo en contra de la voluntad de Dios, entonces necesitamos con urgencia conocer cuál es su voluntad, que es bueno y malo, correcto o incorrecto, según los estándares de Dios y nos según nuestra propia opinión. A medida que pasemos más y más tiempo estudiando las escrituras, entenderemos cada vez más, la voluntad de Dios.
Mientras vivamos en este mundo, no vamos a ser perfectos, ni vamos a dejar de pecar. Pero hay una gran diferencia en estar consientes y reconocer en lo que estoy fallando y buscar rectificar.
Es parte esencial para tener una conversión genuina a Dios, hacer una pausa en nuestras vidas y reconocer nuestros pecados como punto de partida para una vida diferente. Al final, cuando vivimos según la voluntad de Dios, nos beneficiamos, porque somos más felices, nos evitaremos muchos sufrimientos que vienen como consecuencia de una vida de pecado constante, tendremos paz al tener tranquila nuestra conciencia y sin duda, tendremos una vida con propósito
Salmos 4:4 ¡Tiemblen y no pequen más! Ya acostados, y en silencio, examinen su propia conciencia
Una buena práctica para tener despierta nuestra conciencia, es tener tiempos de reflexión, sobre nuestra vida, sobre cómo actuamos y pensamos y hacia donde se dirigen nuestros pasos. En medio del caos del mundo en qué vivimos, las prisas y tantas distracciones, DETENGÁMONOS y reflexionemos con humildad de corazón y temor de Dios, pues Él conoce todos lo que pensamos y todo lo que hacemos y tomemos las mejores decisiones.
Por último te dejo una escritura que me inspira y alienta en los propósitos de Dios.
Jeremías 29:11 Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo.
Lee nuestro siguiente devocional que habla sobre el arrepentimiento: Tristeza ¿buena o mala?