SI ES POSIBLE VENCER LA TENTACIÓN

Cuando hablamos de tentación sin duda, todos nos sentimos identificados, generalmente relacionamos este término en contextos sexuales o en contextos relacionados al dinero, pero tentación es todo aquello de nos lleve a pecar y eso involucra, emociones, pensamientos, sentimientos y acciones en todos los ámbitos de nuestra vida.

¿TENTACIÓN ES IGUAL A PECADO?

NO, por supuesto que no, pero si es lo que antecede a el pecado.

Santiago 1: 13 Que nadie, al ser tentado, diga: «Es Dios quien me tienta». Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie. 14 Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. 15 Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte.

Somos tentados por nuestra naturaleza humana y mientras vivamos en este mundo terrenal, nos enfrentaremos a tentaciones de todo tipo, aún si viviéramos aislados sin relacionarnos con nadie, tendríamos tentaciones con nuestros pensamientos y sentimientos. Pero ser tentados no es igual a pecar: «Jesús fue tentado»

Hebreos:18 Por haber sufrido él mismo la tentación, puede socorrer a los que son tentados.

Jesús fue tentado, pero venció la tentación y por eso puede ayudarnos y no ha dado el ejemplo de cómo vencer. Este concepto de la tentación me desanimaba mucho cuando inicié en el cristianismo, no es que ahora no me desanime, claro que no es agradable sentir tentaciones cuando quieres vivir en rectitud, pero me refiero a que tenía falsas expectativas, era como que esperaba que al estar unida a Dios, consciente de su palabra y voluntariamente deseosa que cumplirla, y principalmente teniendo el Espíritu Santo que Dios nos da cuando nos unimos a Él en el bautismo, ya no iba a tener tentaciones o no iba a pecar y definitivamente era un expectativa irreal.

Necesitamos estar conscientes de nuestra naturaleza humana y no sorprendernos cuando seamos tentados, pero tener la plena convicción que el punto importante y que sí es una expectativa real de Dios para nuestras vidas, es que SI PODEMOS VENCER LA TENTACIÓN.

CONOCER Y UTILIZAR LA PLABRA DE DIOS PARA VENCER. Lucas: 1Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto. Allí estuvo cuarenta días y fue tentado por el diablo. No comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre.

—Si eres el Hijo de Dios —le propuso el diablo—, dile a esta piedra que se convierta en pan.

Jesús le respondió:

—Escrito está: “No solo de pan vive el hombre”.[a]

Entonces el diablo lo llevó a un lugar alto y le mostró en un instante todos los reinos del mundo.

—Sobre estos reinos y todo su esplendor —le dijo—, te daré la autoridad, porque a mí me ha sido entregada, y puedo dársela a quien yo quiera. Así que, si me adoras, todo será tuyo.

Jesús le contestó:

—Escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él”.[b]

El diablo lo llevó luego a Jerusalén e hizo que se pusiera de pie en la parte más alta del templo, y le dijo:

—Si eres el Hijo de Dios, ¡tírate de aquí! 10 Pues escrito está:

»“Ordenará que sus ángeles te cuiden.
    Te sostendrán en sus manos
11 para que no tropieces con piedra alguna”».[c]

12 —También está escrito: “No pongas a prueba al Señor tu Dios”[d] —le replicó Jesús.

13 Así que el diablo, habiendo agotado todo recurso de tentación, lo dejó hasta otra oportunidad.

Jesús venció por que conocía la palabra de Dios y sabía cuándo estaba siendo tentado, uno de los problemas que tenemos y me incluyo porque lo he vivido, es que vemos las cosas de forma personal y humana y no espiritual, por ejemplo si tu cónyuge, hijos o alguien te ofende profundamente y te llenas de sentimientos de enojo, rencor, venganza, te enfocas en la persona o situación y es difícil separarnos y pensar que nuestra respuesta a eso nos puede llevar a pecar y estamos siendo tentados a eso. Jesús tenía plena consciencia de que sus emociones, sentimientos y reacciones a toda situación o persona, determinaban si Él daría honra y honor a Dios o no. Si conocemos la palabra de Dios sabremos por ejemplo que el enojo justificado o no, nos puede llevar a pecar y que vencer la tentación sería perdonar y no abrigar rencor u odio, por obediencia a Dios. Es tan importante conocer la palabra de Dios y creer que podemos vencer, en este pasaje se nos enseña que Satanás agotó sus recursos de tentación y se alejó. La tentación no es eterna, viene y necesitamos resistirla.

RESISITR ES CRUCIAL PARA VENCER. 1 CORINTIOS: 12 Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer. 13 Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir.

Esta escritura es quita excusas, ¿no crees? dice que ninguna tentación está más allá de lo que podemos resistir, ¿entonces por qué caemos en la tentación y pecamos? hay muchas razones entre ellas, no estamos conscientes de estas verdades de manera constante, no creemos que podemos vencer, no vamos a Dios para fortalecernos, nuestra voluntad nos domina y principalmente porque no queremos vencer la tentación pues nos produce algún placer o satisfacción. Por eso la Biblia nos habla de una lucha espiritual entre nuestra voluntad y hacer la voluntad de Dios. Es necesario ejercitar el dominio propio y morir a nuestra voluntad para obedecer y someternos a Dios, sabiendo que es la mejor decisión.

LA ORACIÓN ES CLAVE PARA VENCER. Mateo: 36 Luego fue Jesús con sus discípulos a un lugar llamado Getsemaní, y les dijo: «Siéntense aquí mientras voy más allá a orar». 37 Se llevó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y comenzó a sentirse triste y angustiado. 38 «Es tal la angustia que me invade, que me siento morir —les dijo—. Quédense aquí y manténganse despiertos conmigo».

39 Yendo un poco más allá, se postró sobre su rostro y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo.[c] Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».

40 Luego volvió adonde estaban sus discípulos y los encontró dormidos. «¿No pudieron mantenerse despiertos conmigo ni una hora? —le dijo a Pedro—. 41 Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo[d] es débil».

42 Por segunda vez se retiró y oró: «Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este trago amargo,[e] hágase tu voluntad».

43 Cuando volvió, otra vez los encontró dormidos, porque se les cerraban los ojos de sueño. 44 Así que los dejó y se retiró a orar por tercera vez, diciendo lo mismo.

45 Volvió de nuevo a los discípulos y les dijo: «¿Siguen durmiendo y descansando? Miren, se acerca la hora, y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores. 46 ¡Levántense! ¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!»

No hay otra escritura en toda la Biblia que refleje mejor el concepto de lucha espiritual entre la tentación y la voluntad de Dios. Jesús tenía la tentación en su parte humana de no enfrentar la cruz, no quería morir, no quería enfrentar el sufrimiento aunque sabía que era la voluntad de Dios y que traería salvación a la humanidad ¿Qué hizo al sentir esa lucha? fue a orar para tener la fortaleza de morir a sí mismo en su corazón y estar dispuesto a hacer la voluntad de Dios, antes de morir en la cruz Jesús murió a sí mismo y a través de la oración Dios los fortaleció y transformó su miedo y angustia en una convicción profunda de obediencia. Al inicio Jesús dice: «Es tal la angustia que me invade, que me siento morir » y después de orar tres veces Jesús dice: «Miren, se acerca la hora, y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores. 46 ¡Levántense! ¡Vámonos! » es la actitud de alguien fortalecido, sin angustia, dispuesto a enfrentar su destino y hacer la voluntad de Dios.

Los discípulos de Jesús se quedaron dormidos, no oraron con Él y Jesús les dijo: «Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo[d] es débil«. Los discípulos abandonaron a Jesús, mientras Él enfrentaba la cruz, Pedro incluso lo negó y luego al darse cuenta de su pecado, lloró amargamente (Mateo 26:75). No podemos vencer la tentación si no oramos, si no tenemos una relación cercana con Dios, si no vamos al Padre y le pedimos que cambie nuestro corazón que nos dé la convicción de hacer su voluntad y no la nuestra. He vivido las dos experiencias, la de los discípulos, donde me duermo espiritualmente y no oro y no voy a Dios para ser fortalecida y he caído en la tentación y he pecado y como Pedro he llorado amargamente al ver que ofendo a Dios y a las personas que están a mi alrededor, pero también he vivido la experiencia de Jesús y no hay nada mejor que eso, ir a Dios en medio del dolor, del enojo, del rencor, de la ansiedad etc. y orar por transformación, por morir a mí misma y hacer la voluntad de Dios y he visto el poder de Dios cambiando mi corazón y mis sentimientos y dándome la fuerza para vencer la tentación.

Te animo a resistir y vencer la tentación de la mano de Dios. He orado por la tentaciones que yo enfrento personalmente, pero también por las que tú estás enfrentando para que Dios te fortalezca y te libre de todas ellas. Abrazos.

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